viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Por qué valorar una empresa?

Es una buena pregunta para comenzar el artículo de este mes. En principio, todos tenemos más o menos claro que un Informe de Valoración ayuda a responder cuestiones como estas:

- "...me han hecho una oferta de compra por la empresa, ¿cuánto es razonable pedir por ella?..."

- "...uno de los socios quiere dejar la empresa, ¿a qué precio justo le recompro sus acciones?..."

- "...este año me jubilo y quiero repartir entre mis hijos el patrimonio empresarial, ¿cuál es la manera más justa de hacerlo?..."

- Etc...

Sin embargo, existe un porqué mucho más profundo que justifica la valoración de empresas, y es el hecho de que una compañía que destruye valor de forma sistemática año tras año (cada año que pasa vale menos), está "condenada" a desaparecer tarde o temprano. Esto, que más de uno pensará que es una exageración, vamos a tratar de analizarlo más despacio.

Bien, el valor de una empresa, en sí mismo no es ni bueno ni malo. Es decir, si mi empresa tiene por ejemplo un valor igual o inferior a sus Fondos Propios, esto no quiere decir que exista un imperativo legal que le obligue a ampliar capital o a solicitar concurso de acreedores (por decir algo). Es más, la empresa puede valer poco y continuar su actividad como si nada ocurriese. Pero entonces, ¿por qué decimos que desaparecerá?

Porque el valor es la punta de iceberg, que sirve para avisarnos de la existencia o no de problemas en la gestión (internos o externos). De este modo, las empresas que han destruido valor durante largos años tienen serias dificultades a la hora de enfrentarse a los vaivenes económicos y de mercado que afectan periódicamente a todos los negocios. Un valor bajo se puede deber a múltiples causas, desde márgenes estrechos hasta elevados endeudamientos, pasando por gestiones del circulante inadecuadas, crecimientos bajos (o excesivamente altos en según que casos), etc... En definitiva, lo que destruirá a la empresa no es el bajo valor de la misma, sino las características que han propiciado ese bajo valor. El valor es el aviso, la señal a la que debemos prestar atención.

Ejemplos hay muchos, sólo hay que darse una "vuelta" por nuestra bolsa, donde podemos encontrar empresas como INDITEX, que aunque no he estudiado en detalle, estoy seguro de que tenía un valor sólido en la época de bonanza y lo sigue teniendo a día de hoy, a pesar de la crisis. Si embargo, otras muchas, por ejemplo constructoras, en los años del "boom" tenían valores muy débiles (la mayoría estaban sobre-endeudadas) y ahora que han venido las dificultades ya sabemos cómo están. ¡Ojo! Al hablar del valor de estas últimas no me estoy refiriendo a su precio en bolsa, que en los años de la burbuja estaba por las nubes.

En fin, que el valor de cualquier empresa es mucho más importante de lo que a simple vista parece, y nos puede ayudar muchísimo a la hora de afrontar futuras situaciones complicadas.

Oscar Sánchez Vela.
www.idylia.net